miércoles, 30 de abril de 2014

JORNADA CULTURAL a 28 MESES del TRIPLE CRIMEN de VILLA MORENO



​Jueves 1ro de Mayo 10:30 HS
Club Infantil Oroño (Dorrego y Presidente Quintana)

Contacto de Prensa:
Pedro Salinas, militante del Movimiento 26 de Junio (Frente Popular Darío Santillán): (0341) 156-879840



Mañana, jueves 1 de mayo, se cumplen 28 meses del asesinato de nuestros compañeros Jere, Mono y Patóm. Más de dos años de un proceso de movilización permanente que hoy, por ello mismo, se aproxima a su instancia decisiva: el juicio oral donde se juzgarán las responsabilidades materiales por la comisión del Triple Crimen de Villa Moreno.


Como siempre sostuvimos, este largo proceso de lucha, necesariamente, debía nutrirse por la profundización de dos planos distintos aunque estrictamente interdependientes. Si por un lado resultó indispensable sostener la movilización que desde un primer momento logró darle visibilidad pública al enredo de complicidades que estructura la empresa del narcotráfico y generar así un marco de agilidad al trámite de la causa judicial; se hacía igualmente imperioso consolidar y profundizar los proyectos que desarrollamos en el territorio con el objetivo de construir más y mejores espacios desde los cuales integrar a los pibes, desde donde ofrecer otras formas de construcción identitaria alejados de los entornos de violencia que, lamentablemente, hoy se establecen como un polo de atracción para la juventud de los barrios ante la acuciante realidad de la sola y corrompida presencia estatal a través de sus fuerzas de seguridad.


Es a partir de esta concepción que durante el año 2013 inauguramos nuestro Bachillerato Popular en barrio Tablada, que hoy cursa su segundo año con un exponencial crecimiento en la matrícula; seguimos sosteniendo junto a la Comisión Directiva del Club Oroño, en barrio Moreno, las múltiples actividades de ese espacio que nunca nos resignamos a que se cristalice como "escena del crimen", apuntalando y fortaleciendo la Rotisería Cooperativa que en ese mismo suelo genera puestos de trabajo para compañeros y familiares de los pibes.


Asimismo, instrumentamos proyectos concretos para que el ejemplo militante de Jere, Mono y Patóm pueda traducirse en una identidad alternativa para la juventud de nuestros barrios: desde el documental-homenaje "Serán Eternos", realizado íntegramente por pibes de barrios Vía Honda, Tablada y Moreno en articulación con el Programa "Jóvenes y Memoria" y el Museo de la Memoria local, hasta la elaboración colectiva del libro "Soldaditos de nadie. Jere, Mono y Patóm: crónica de una lucha". Es precisamente este último material, "Soldaditos de nadie", el que vamos a presentar junto a los familiares de los pibes este 1 de mayo en el Club Infantil Oroño, Barrio Moreno.


Precisamente allí donde lo que aqueja es el ahora, donde los "antes y después" resultan tan poco afortunados como los discursos hiper-radicalizados y de escaso arraigo, es que vamos a estar encontrándonos, como todos los días, para recordar a los pibes de la única manera que sabemos: haciendo.


Nunca nos encandiló la posibilidad de jugar a la política, como dice la canción, "con cosas que no tienen retorno". La dolorosa realidad de convivir en nuestros territorios con uniformes de los colores más variados puede ser el pretexto para extremar ideologismos o, preferimos esto último, para intentar dimensionar un escenario tan denso como esquivo a las anteojeras que escojamos para forzar su (in)comprensión. Y de actuar en consecuencia, claro...


Así las cosas, los invitamos al lugar donde desde siempre nos encontramos, donde por concepción compartimos. Desde donde pensamos, sentimos y proyectamos nuestra política.


Por ellos, por nosotros, por todos: #SeráJusticia

Contacto de Prensa:
Pedro Salinas, militante del Movimiento 26 de Junio (Frente Popular Darío Santillán): (0341) 156-879840
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sábado, 12 de abril de 2014

El mega-operativo y sus adyacencias: Un antes, un después y... ¡un ahora!






             

Contacto de Prensa:

Pedro Salinas, militante del Movimiento 26 de Junio (Frente Popular Darío Santillán): (0341) 156-879840

El mega-operativo desplegado el pasado miércoles en territorio rosarino, con incontestable protagonismo de fuerzas federales, ocupó largamente el interés de la opinión pública y habilitó -no podía ser de otra manera- las más variadas y sugestivas interpretaciones. Intentar calibrar un sentido último -aunque provisorio- para la jornada del miércoles, nos impone como primera e ineludible responsabilidad la de explicitar un lugar de enunciación desde el cual establecer una perspectiva de entendimiento para este enrevesado despelote que denominamos crisis de Seguridad Pública en Santa Fe. Así las cosas, nuestra intención es la de estructurar algunas reflexiones inmersos en un escenario profundamente atravesado por acusaciones de todo tipo, victimizaciones sobre-comunicadas y, a partir de ese día, menos denso en lo que a cantidades de “barro” refiere. O, su exacto anverso: más prístino en términos de las disposiciones que cada sector está dispuesto a encauzar en esta puja que (cuesta entender que algunos a esta altura se alarmen) es esencialmente política; como asimismo debiera serlo el gobierno de la Seguridad Pública, apuntamos.

Ahora bien: ese extendido tendal de barro, esa puja esencialmente política, no nos es ajena ni pretendemos que lo sea. En lo que sigue, intentamos estampar algunas reflexiones desde un sitio concreto, de arraigo profundo: el de un proyecto político que se viene anidando desde hace muchos años en los barrios periféricos de esta ciudad, con la íntima vocación de estructurar una nueva cultura política de izquierda que está llamada a intervenir en un terreno incómodo, esquivo a los manuales y las consignas de rutina, es decir: un proyecto político que tiene por cometido habilitar un canal de diálogo propositivo con el conjunto mayoritario de la sociedad, construir corriente de opinión independientemente del noble ejercicio de la denuncia y más allá de la tranquilidad de espíritu que puedan ofrecernos nuestros objetivos estratégicos. Lo cierto es que contra lo que polvorientamente se cree, del barro venimos, en el barro estamos y, tanto a pesar como a partir de este barro es que habremos de moldear eso otro que soñamos.

Entonces: ¿qué nos deja el mega-operativo, en términos de la irrupción de un hecho fuertemente resonante pero además clarificador en tanto a lo actuado y dispuesto antes del mismo, en cuanto a las actuaciones y disposiciones que vendrán (o deberían venir)? En principio, y quizás como nunca antes, nos brinda la posibilidad de asistir a una rareza en nuestro entorno provincial: se produjo un hecho incontestable. Parece poco, podrá interpretarse como un exabrupto que este elemento prime en nuestro análisis, pero si bien se lo mira, es un dato sobremanera necesario para justipreciar este mentado escenario colapsado por barro, chicanas y victimizaciones. Es que la inteligencia política, aún en sus coordenadas maquiavélicas, también es susceptible de encontrar ciertos límites: el pasado miércoles, un audaz operativo protagonizado por la Justicia Federal y el Ministerio de Seguridad de la Nación asestó uncachetazo estructural a la prédica (hasta el momento tan efectista como módica) del ejecutivo santafesino. Lo que hasta la semana pasada oficiaba como una carta siempre a mano para capear los conflictos cotidianos que provoca el desgobierno de la seguridad, hoy es un hecho inobjetable: el reclamo de cooperación al gobierno nacional llegó y con creces. No articulación, sino cooperación: no es un dato liviano que en un operativo que movilizó cercade 3000 agentes, solo 60 pertenezcan a un sector de la fuerza provincial. Es, en esta contienda, el dato preciso que se intentó hacer descollar (y que solo alguien tan ingenuo como desprevenido pude pretender se explicite en una conferencia de prensa compartida, sitial ecuménico para ejercitarse en las artes de lo políticamente correcto e insustancial). A ese dato le va de suyo las deudas de los reclamantes, lo que, esperamos con ansias, debiera venir: la reestructuración íntegra y profunda de una policía provincial cuestionada hasta lo indecible, sobre la cual la teoría de “la manzana podrida” hoy, más que nunca, se establece como una burla. En este marco, eldesplazamiento de la cúpula de la División Judiciales se caía por su propio peso; y por sus propias y prolongadas torpezas, desde ya.

En este cuadro general, hay algo que nos atañe y toca de cerca: el desembarco y permanencia de fuerzas de seguridad nacionales en nuestros territorios, con el objetivo de revertir la dinámica de violencia que impuso (el residuo de) la actividad narco. Nos posicionamos muy lejos de la exaltada celebración que algunos practican en relación a la “militarización” de nuestros barriospero asimismo sabemos de sobra (por experiencia que las más de las veces comulga con la angustia) que difícilmente hubiera podido encararse otra alternativa para sofocar los despuntes de conflicto que permanentemente reverdecen en nuestros territorios. Y así como indicamos que este mega-operativo desnuda una deuda imperdonable del ejecutivo provincial en lo que refiere a superar la retórica en materia de reforma policial, tampoco tenemos empacho en consignar que el escenario hoy planteado obliga al gobierno nacional y provincial a atesorar, apoyar y profundizar las experiencias de genuina construcción que muchas organizaciones venimos desplegando en esos mismos territorios, canal privilegiado para que esto no se constituya solo en una “iniciativa militar” focalizada en las consecuencias inmediatas del fenómeno, sino en una plataforma constitutiva para poder desplegar activas iniciativas de inclusión, que apuntalen las posibilidades de ofrecer a los pibes nichos de identidad que no se correspondan con la violencia (fundamento último de las causas del fenómeno al que hacemos alusión).

En este punto, es preciso ser contundentes y evitar confusiones que se perciben por estas horas: si nos posicionamos de esta manera, si expresamos que el desembarco de fuerzas nacionales en nuestros territorios se erige hoy como la única alternativa para revertir una dinámica perversa que se cristalizó en nuestros territorios, es precisamente por cómo se llevó a cabo ese “desembarco” y cuáles aparentan ser sus objetivos. Es decir: no encontramos ningún parangón entre el despliegue realizado el miércoles en Rosario con imágenes de Fuerzas Especiales adentrándose en favelas de Brasil; ni entendemos que esto pueda vincularse, ni remotamente, con el inicio de una “Guerra Contra el Narcotráfico”. Ese tipo de discursos, abiertamente antojadizos, son inversamente proporcionales a los que intentaban asociar a nuestros barrios con un escenario de entrenamiento paramilitar destinado a ejércitos de soldaditos, aportando a la configuración de un estigma intencionado que, desde ya, en todo momento optó por correr el foco del amparo y la protección policial. Expresamos esto, fundamentalmente, como el testimonio de lo que podría configurarse como un punto de inflexión pero, a su vez, como un alerta. Sabido es que los vecinos de los barrios populares son las principales víctimas de la regulación ilegal del crimen por parte del Estado (y de su disfuncionalidad, claro). Pero, al mismo tiempo, esos mismos vecinos (y sobre todo los pibes) sufren cotidianamente el escarnio y hostigamiento de las fuerzas represivas en sus territorios, en su pretendido rol de gestores del conflicto social. A este respecto, somos oportunamente contundentes: no estamos dispuestos a tolerar “excesos” como “efecto colateral” de la intervención que nos ocupa. No vamos a ser condescendientes con la estrategia de trastocar una lógica (la violencia asociada al delito con amparo policial) por otra (la imposición de una dinámica lisa y llanamente represiva montada en el prejuicio). Seremos los primeros en denunciar y visibilizar cualquier despunte de conflicto que se vislumbre, tal cual lo hicimos en todo momento con la Policía de Santa Fe (y para muestra está la lucha emprendida a partir del Triple Crimen, y etcéteras varios).

Para finalizar: es claro que el escenario ha cambiado drásticamente en nuestra Provincia. Así y todo, aun entendiendo que esto significa un marco de avance auspicioso (que necesariamente debe ser complementado con enfoques vinculados a lo social), persisten viejas deudas que hacen a la matriz estructural de la problemática en cuestión. Como siempre sostuvimos, es indispensable investigar la economía paralela que genera el narcotráfico, las operaciones de lavado de activos que se practican sostenidamente en esta ciudad. A estos fines, resulta indispensable la constitución de Juzgados Federales que aporten mayor agilidad, que dispongan de más recursos para llevar adelante  estas investigaciones. En este marco, nunca más oportuna la voluntad de promover el necesario debate sobre la despenalización del consumo de drogas; máxime atendiendo al evidente y estrepitoso fracaso de los paradigmas que se arraigan en la prohibición.

Entonces, esperamos con la mayor honestidad que lo anterior redunde en la atenuación de los conflictos que atraviesan nuestros barrios, y seguiremos insistiendo hasta el cansancio que sin políticas públicas de prevención social del delito que complementen esta actuación, sin una apoyatura estatal a las organizaciones que desplegamos nuestra política todos los días en los territorios, esto lamentablemente quedará relegado al testimonio de una nueva e imperdonable pérdida de tiempo. El gobierno de la provincia demostró no tener la vocación ni el carácter político suficiente para encarar una profunda reforma policial; hoy, muy a pesar de su propia predisposición, no tiene otro camino. Es lo que todos esperamos. Es lo necesario e impostergable…


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Pedro Salinas, militante del Movimiento 26 de Junio (Frente Popular Darío Santillán): (0341) 156-879840


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